domingo, 12 de junio de 2011

Juego de tronos (Canción de hielo y fuego)

Esta esperadísima serie de HBO (suma y sigue) se ha convertido por méritos propios en la gran protagonista de la parrilla televisiva estadounidense de la segunda mitad de la temporada. No solo no ha defraudado, sino que creo que ha superado todas las expectativas que los espectadores pudiéramos tener. Yo no me he leído los libros en los que se basa la serie (escritos por George. R. R. Martin), pero aquellos que si que los han leído dicen que la serie es una adaptación fiel que para nada desmejora el original. Una cosa se puede decir bien clara: Nunca se ha producido una serie de televisión de imagen real de género fantástico de esta calidad.



La premisa de Juego de Tronos es complicada de describir, ya que transcurre en un universo medieval que nada tiene que ver con el nuestro. En la Tierra de Westeros hay un rey y varias Casas nobles que se disputan el trono. Al norte de dicho territorio hay una gran muralla de Hielo que protege al reino de unos gigantes que supuestamente han dejado de existir. Al este, el mar baña la costa, pero al otro lado hay otras naciones cuyas únicas relaciones con Westeros se limitan a esporádicas transacciones comerciales. Una de esas transacciones la realiza Viseros Targaryen, de la Casa Targaryen, antiguos reyes de Westeros. Targaryen vende a su hermana Danenerys a Khal Drogo, rey de los Dothraki, un pueblo de jinetes que ayudará a los Targaryen a recuperar el trono. Mientras esto sucede, el Rey Robert le pide a su mejor amigo, Ed Stark (interpretado por Sean Bean, Boromir en El Señor de los Anillos) de la Casa Stark que sea la Mano del Rey (una especie de máximo consejero). La Casa Stark es la casa que supuestamente defiende al resto del reino de la amenaza al otro lado de la muralla. Ed acepta a pesar de que sabe que la anterior Mano del Rey fue asesinada. El Rey Robert está casado con Cersei Lannister, la familia más rica del reino. Por si todo esto fuera poco, se habla constantemente de unos dragones extintos que parece van a aparecer en algún momento.

A primera vista Juego de Tronos se parece al Señor de los Anillos. Ambos son historias en un universo fantástico creado desde cero por sus autores con sus reglas y su geografía (En Juego de Tronos, por ejemplo, el verano y el invierno no son cíclicos). No obstante, esta serie tiene más de Los Soprano que de Tolkien. Aquí los humanos nos se unen ante una amenaza sobrenatural, sino que son ellos mismos la amenaza. Todas las Casas tienen relaciones familiares entre ellas, pero eso no es motivo para que no se apuñalen en la espalda para obtener más poder.

Juego de Tronos se ha rodado en Irlanda del Norte y el diseño de producción es de la más alta calidad. No obstante, formalmente, lo más destacable es la crudeza de las imágenes fotografiadas. Creo que nunca había visto una serie de imagen real con este nivel de violencia explícita y la verdad es que se agradece. El Señor de los Anillos supuso una legitimación del género fantástico en la gran pantalla y ha venido seguida de algunas películas de aceptable nivel. Esperemos que Juego de Tronos suponga lo mismo para la pequeña pantalla.



domingo, 5 de junio de 2011

Resacón 2 ¡Ahora en Tailandia! (2011)

La secuela de la sorpresa taquillera de 2009 ha llegado a los cines y no ha defraudado, habiendo obtenido una recaudación de 200 millones de dólares en su primer fin de semana. Estos resultados son los previstos, a pesar de que cierto grupo de personas (sobre todo los críticos) se sientan defraudados con el producto. La verdad, no entiendo qué esperaban. Ni la primera película fue tan buena ni rompedora como pintaban, ni esta secuela es tan mala. Es cierto que la estructura narrativa es la misma al cien por cien, pero a mi me ha gustado más esta.



La elección de Bangkok como escenario de la acción se me hace muy acertada. Las Vegas es una ciudad que nunca me ha llamado la atención a pesar de las miles de películas cuyos personajes viven sucesos extraordinarios en sus casinos y discotecas. En cambio, Bangkok es otra ciudad del pecado/placer que ha sido mucho menos explorada en el terreno cinematográfico. Es una ciudad con su miseria, su pobreza, sus rarezas (lady boys, etc.) pero además de todo eso, tiene un lado pacífico gracias a los templos budistas y los paisajes paradisiacos de los alrededores. Este contraste entre la fiesta más descerebrada y la vida “normal” hacen de Bangkok una ciudad muy atractiva que desafortunadamente no ha sido proyectada en una pantalla de cine lo suficiente. Esperemos que esto cambie, pues ya dicen algunos medios que la producción de Resacón, con un presupuesto de 80 millones de dólares, ha supuesto toda una revitalización de la industria tailandesa.

En esta película, el que se casa es Stu, aquel simpático dentista que en la primera película se casa con una prostituta (como bien nos recuerda Alan, interpretado por Zach Galifianakis). Stu se va a casar con una tailandesa y por eso la boda se celebra allí. Phil y Doug (el que se casó en la primera película) convencen a Stu para que inviten a Alan, a pesar de que Stu no quiere invitarlo para que no se repita la situación. Los amigos llegan al hotel donde se va a celebrar la boda y deciden tomarse unas cervezas en la playa, acompañados de Teddy, el hermano de la novia y… Phil, Stu y Alan acaban despertándose en una habitación de un hotel de mala muerte en Bangkok junto a un mono y el Sr. Chow (aquel personaje asiático que les secuestró en la primera parte). A parte de todo el destrozo que han causado, el gran problema es que han perdido a Teddy y no recuerdan lo que hicieron la noche anterior. Doug, al igual que en la primera película, tendrá muy poco peso en esta película, ya que él abandonó la fiesta antes y está en el hotel de la boda sano y salvo.

Como veis, es exactamente la misma premisa y trama que la anterior película, solo que en esta Teddy sustituye a Doug como el personaje perdido al que deberán encontrar antes de que se celebre la boda. Si lo que queréis es pasar unos 100 minutos repletos de carcajadas y de situaciones espectaculares, esta película no os defraudará. En cambio, si estabais buscando una pizca de profundidad existencial, os habéis equivocado de película. Deberíais ir a ver El árbol de la vida (razón por la cuál dudo mucho de que vaya a verla).