lunes, 29 de junio de 2009

Alex de la Iglesia y otras cosas

El huracán que vaticinaba hace unos cuantos posts se ha retrasado pero aún así me ha golpeado, acompañado de una gripe que, porcina o no, me hace sudar como un cerdo. Este ataque frontal de miles de obligaciones me impide que pueda comentar algun producto en este post. No obstante, ha ocurrido algo que merece la pena que comente y no quería perder el carácter de actualidad (quizás sea ya demasiado tarde): Tenemos nuevo Presidente de la Academia de Cine. El nuevo mandamás no es otro que Alex de la Iglesia, un friki donde los haya. Hasta aquí todo bien, nos alegramos. Supone una bocanada de aire fresco en un entorno donde se preferenciaba un supuesto cine de autor (véase Guerín, Rosales, etc.) en contraposición al cine más taquillero. Es decir, ese cine que nos gusta a todos. Ese cine que en los últimos años ha venido realizando De la Iglesia.

Pero lo más interesante del nombramiento del sucesor de la Sindescargas fue la rueda de prensa que pude ver en directo en CNN+. Lamentable. No hay otra palabra. Una rueda que se ha planeado para ser emitida en directo no puede tener un encuadre tan horrendo, ni puede tener sólo un micro cuando los ponentes son tres ni puede dejar a los periodistas sin micrófono, provocando que oyéramos respuestas sin saber las preguntas. Pero sobretodo, el mensaje que se de en la rueda de prensa ha de ser coherente y en nombre de la institución. En varias preguntas Alex de la Iglesia contestaba en calidad de Alex de la Iglesia, la persona y no en calidad de Alex de la Iglesia, nuevo Presidente de la Academia. Los cineastas españoles se olvidan de que el cine también es comunicación y que para eso estamos siendo formados muchos profesionales en la licenciatura de Comuniación Audiovisual. La transversalidad de nuestros estudios nos capacita para controlar situaciones como estas y no para ser los eternos becarios al módico precio de 300€ al mes, como el 90% de los empresarios de la industria audiovisual quieren. Hay que empezar a tomarse las cosas en serio, transformar el sector audiovisual en la industria del entretenimiento y contratar a personas versátiles, que sean capaces de producir una película, escribir un guión de serie de televisión, preparar una rueda de prensa como es debido o escribir un blog.

lunes, 15 de junio de 2009

Millennium Actress

Me dispuse a visionar este largometraje con mucho entusiasmo. De Satoshi Kon había visto Perfect Blue y Paprika, ambas obras muy recomendables y de una calidad indiscutible. Desafortunadamente, desde mi punto de vista, esta obra no está al nivel de las otras.

No obstante, la película tiene algún elemento formal muy interesante, pero eso solo eso. El contenido es bastante simple: una chica se enamora de un hombre y durante toda su vida le buscará. La historia está contada en unos flashbacks interesantes, ya que los interlocutores de la narradora, curiosamente, un productor y un cámara, aparecen en los microrelatos que conforman la historia. En un principio aparecen como meros testigos, pero después se convertirán en agente influyentes en la trama. Ya supondréis que la película no se rige por las convenciones lógicas más comunes. Satoshi Kon disfruta cambiando de localizaciones y de vestuario de manera abrupta. En Paprika lo consigue con maestría y en esta película no le sale tan bien la jugada, si bien es cierto que esos saltos de continuidad tampoco molestan.

Otro punto interesante es como, a través de las distintas escenas, podemos hacernos una vaga radiografía de la filmografía japonesa desde la Segunda Guerra Mundial hasta la década de los 70.

A uno le hubiera gustado que todo ese alarde visual y revolución formal hubiera venido acompañado de un guión más elaborado. Aun así, el visionado de esta película es recomendable, aunque no tanto como el de Paprika.

domingo, 7 de junio de 2009

Tú ya estas muerto

Con el post de hoy recuperamos el espíritu freaky-otaku con el que comenzamos el blog. Hablaremos de un shonen clásico como El Puño de la Estrella del Norte.

El Puño de la Estrella del Norte

Dicen que El Puño de la Estrella del Norte es una de los animes míticos de los ochenta y tras ver 48 episodios puedo entender el porqué de esta afirmación. Ya en esta serie se dejan ver algunas claves que han caracterizado a series míticas posteriores como Bola de Dragón o Caballeros del Zodiaco: la combinación de violencia explicita y el humor en unas tramas largas que enganchan.

Esta serie se caracteriza por una ultra violencia bella que llena la pantalla de sangre, sesos y vísceras expulsados del cuerpo de los villanos gracias a los portentosa técnica Hokuto Shinken de Kenshiro (quizás un protagonista cuya insípida personalidad no esté a la altura de la serie).

Como puntos destacables de la serie tenemos la música muy evocadora de una década hortera pero entrañable como es la década de los ochenta. El diseño, tanto de personajes como de escenarios, es muy potente y es lo más cuidado de una serie con una premisa (un futuro postapocalíptico donde florecen las artes marciales) excelente.

Por otra parte son muchos los aspectos negativos de la serie. Por un lado tenemos una animación muy limitada en la que, según avanza la temporada, se repiten muchos planos. Curiosamente, las escenas de lucha son las que mejor animación tienen. Esto dice mucho de las prioridades de los creadores: la lucha es el elemento más importante de la serie.

Que la animación sea deficiente o no todo lo buena que podría ser suponemos que responde, sobretodo, a razones de carácter económico. Lo que no tiene ninguna justificación son los fallos de guión que tiene la serie. Especialmente destacable es el fallo que hay al final del arco argumental de Shin, o cómo se justifica la aparición de algunos personajes. A pesar de estos fallos la serie mantiene un encanto que engancha al espectador. Además, estos errores quedan solucionados en productos como el OVA El Nuevo Puño de la Estrella del Norte, que es de una gran calidad en todos los sentidos.