jueves, 27 de agosto de 2009

Resacón en Las Vegas

Me he pasado un día viajando a Corea del Sur. Curiosamente, en el viaje de Roma a Pekín vi Lost in Translation, una película que ya puedo decir que está completamente sobrevalorada. Es una gafapastada del más alto nivel aparte de tener una perspectiva totalmente injusta respecto a la cultura japonesa. Es cierto que las pocas horas que he deambulado por Corea del Sur me he sentido un poco como Bill Murray. Pero lo que más me interesa comentar sobre el hecho de ver Lost in Translation no es la película sino las circunstancias en la que la vi. En un vuelo de la compañía Air China, en unos asientos hiper apretados en un vuelo de 10 horas. Paradójicamente, este avión tan incomodo disponía de terminales en cada asiento y de una amplia variedad de películas (unas 20), muy interesantes de ver. En general tenía unas características muy parecidas al avión de Virgin que comentamos anteriormente en el blog, pero de peor calidad. Aún así, yo quiero dejar claro que prefiero tener sitio para estirar las piernas antes que tener una super pantalla. Vamos con la crítica de esta semana.

Resacón en Las Vegas

No me explico el enorme éxito que ha tenido esta película. Con ello no quiero decir que sea mala, ni mucho menos. Si la tuviera que valorar numéricamente, le pondría un 7 sobre 10. Sin embargo, el éxito en taquilla y la buena crítica ha hecho que la terminar la película, la sensación predominante fuera la de decepción. Quizás su éxito se deba a que es una de las pocas comedias alocadas, sin complejos, cuyos protagonistas superan la treintena. En este sentido es parecida a la genial Entre copas, aunque el filme protagonizado por Paul Giamatti es, en mi opinión, bastante superior al film de Todd Phillip.

Quizás la razón por la que no termina de enganchar esta comedia es porque relata una situación demasiada extrema con la que no es fácil identificarse, por lo menos en España. Pocos han ido de despedida de solteros a Las Vegas con los bolsillos bien llenos de dinero y se han cogido una cogorza tan grande que no recuerdan nada de lo ocurrido. A mí, particularmente, me suena a marciano. En otros momentos, la película parece un videoclip del rapero comercial de turno, con una banda sonora que, aunque hace justicia a la realidad, es de muy mal gusto (nos guste o no, esta es la música que suena en las discotecas y esta es la tendencia del rap actual).

En definitiva, es un filme entretenido que proporciona bastantes carcajadas (aunque creo que no tantas como los guionistas creen) pero que ni mucho menos es ni una obra maestra ni un filme revolucionario. No obstante, tal y como está la cartelera, creo que es la película que más se merece los euros de nuestra entrada.

lunes, 17 de agosto de 2009

Enemigos Públicos

Afortunadamente, el verano va llegando a su fin y se retoman viejos hábitos olvidados tras muchos gintonics, como ir al cine bien acompañado por un colega sin más ambición que ver una película y comentarla. Es un acto muy diferente al de ir al cine acompañado por una persona del sexo opuesto, ya que muchas veces la película es un medio, no un fin.

Enemigos Públicos

Esta película es, ante todo, visualmente horrenda. Es la película más fea que he visto en el cine en mucho tiempo. Es una lástima porque el guión es bueno, casi diría que muy bueno, pero el director con delirios de grandeza de turno (Michael Mann) tenía que dejar su impronta. No podía dejar que una buena historia se contara por sí misma, sino que tenía recordarnos en cada fotograma que él estaba detrás de la cámara.

Esta es una película cuya historia sucede en los años 30, que trata sobre un personaje clásico del imaginario colectivo americano y que es de gánsteres. Estos tres elementos son casi la materia prima de un clásico. Pero no, Mann tenía que terminar de rematar un género que de por sí ya está muy muerto: el cine negro. NO PUEDES HACER UNA PELÍCULA DE GÁNGSTERES EN LOS AÑOS 30 Y NO USAR UN SOLO TRÍPODE. TAMPOCO PUEDES PONER MÚSICA EXTRADIEGÉTICA MODERNA. Es más, TAMPOCO PUEDES USAR UNA CÁMARA DE VIDEO DIGITAL DE 1K. Pero el señor Mann hizo estas cosas, y se cargó el, por otra parte, excelente trabajo de diseño de producción. Los otros grandes damnificados son el señor Depp y el señor Bale, ya que su trabajo se ve permanentemente deslucido por esa imagen tan horrible que el realizador ha conseguido.

Me pregunto qué pretendía el director al emplear este estilo visual de reportero de guerra cámara al hombro cuando lo que la historia pedía a gritos era una planificación CANÓNICA. Plantas el trípode, no te saltas el eje, usas una cámara de las de toda la vida (o si vas a usar una digital, usa la Red One, que te graba a 4K y no se nota la diferencia) y dejas que los actores hagan su trabajo. Howard Hawks, John Huston o John Ford han pasado a la historia haciendo justamente eso. Y tú, amigo Michael, por mucho que te empeñes en recordarnos cada segundo que la película es tuya, no tendrás el mismo peso en la historia que los nombre arriba señalados.

Mención aparte, dentro de la película, merece la desastrosa resolución de la película (no por guión, sino por dirección). No podemos estar en el cine, viendo al gran Clark Gable en El enemigo público número 1 (the play within the play, que diría José Pavía) y después pasar a una imagen nocturna que exclama a gritos: ¡VIDEO! ¡VIDEO! ¡VIDEO!

lunes, 10 de agosto de 2009

Presencias extrañas

El verano es una época especial. La mayoría de las personas lo consideran una buena época, a otros nos suele decepcionar. En verano la vida social aumenta hasta puntos desagradables, imposibilitando que un cinéfago pueda degustar su plato favorito en una semana. Salvo muy contadas ocasiones, el placer provocado por una buena película es inmensamente superior al de socializarte con el resto del mundo. Esperemos que el resto de Agosto pueda ser más mi Agosto y no el de los demás.

Presencias extrañas

Muy interesante y entretenido remake de la cinta de terror coreana (una más que se suma a la extensa lista) 2 hermanas. La calidad de la obra va in crescendo, ya que al principio la película no termina de enganchar al espectador aunque su primer diálogo sea delirante: “I love you and…I have a condom” (Te amo y…tengo un condón)

La tensión está construida con destreza. Los hermanos Guard despliegan un repertorio de mecanismos narrativos, sobretodo basados en el suspense, la sorpresa y el fuera de campo (es cierto que esto es el ABC del género de terror, pero no todos los realizadores lo saben emplear bien). Otro acierto de los directores es plantear un juego entre personajes diegéticos y extradiegéticos. Es cierto que el último giro puede dejar un poco mosca a los espectadores más exigentes y que podría haberse preparado mejor, pero a estas alturas de la película quizás es más conveniente dejarse convencer por lo que dicen los realizadores a pies juntillas que debatirse la verosimilitud del giro y cargarte el buen sabor que la cinta estaba dejándote.

Sin duda alguna, lo mejor de la película son los actores, que cumplen el trabajo con oficio. Mención especial merece Emily Brown, muy creíble durante todo el metraje. Otro de los puntos fuertes es la medida utilización de los efectos visuales. No es la típica película de terror cargada de efectos de dudosa apariencia, y los pocos que utiliza están muy bien empleados. Para concluir: sin ser una obra maestra, es un buen ejercicio cinematográfico sobre las bases del género de terror. No obstante, uno se pregunta por qué todo el cine de terror con un mínimo de calidad made in USA tiene que ser el remake de algún otro filme de otro país.

lunes, 3 de agosto de 2009

Notorious

Esta semana he visto mi primera película en 3d. Fue UP, una gran película que otros blogs y críticos analizan mejor de lo que yo pueda hacer. No obstante, me gustaría reseñar que esta nueva tecnología de proyección puede suponer un salto cualitativo que ayude a mantener la industria audiovisual tal y como está, para alivio de los productores que no son ni demasiado transgresores ni demasiado conservadores. Es todo un acierto emplear esta tecnología en producciones destinadas al público infantil, ya que cuando ellos sean los que se paguen la entrada, la tecnología estará totalmente implantada y percibirán la siguiente diferencia: una película se ve en el cine en 3d y una serie de tv se ve en casa. No digo que esta tecnología provoque que se descarguen menos películas, sino que se irá más al cine. En esta era en la que se criminaliza la piratería (el mismo nombre ya compara a quién se descarga una película sin pagar con un alguien que roba, tortura, asesina, viola, extorsiona, etc.), caemos en un error si pensamos que el número de películas descargadas es inversamente proporcional al número de espectadores en una sala de cine. Ir al cine es una actividad social, y en la mayoría de los casos, lo que provoca una descarga es que una película que jamás hubieras pagado por ver, la veas. Muy pocas veces se deja de ir al cine a ver una película que de verdad te interesa porque te la hayas descargado. Volviendo a Up, es cierto que tiene un gran guión y que es una obra maestra, pero por favor, no cometan el error de descargársela y visionarla en un monitor de ordenador. Vale la pena acercarse hasta la sala 3d más cercana y disfrutar. Vamos con la crítica de la semana:

Notorious

Este es un biopic sobre el rapero Notorious BIG. Antes de entrar en detalle a hablar sobre la película, me parece interesante destacar la cantidad de biopics que se hacen sobre personajes afroamericanos, que es considerablemente mayor a la que se hace de personajes blancos. ¿Responde este hecho a una necesidad de reafirmación socio-racial? Como he leído en la crítica de Claudia Puig en el USA Today sobre esta película, “mitifica a alguien que trató a la gente, particularmente a las mujeres, despectivamente, y que en su vida y en su arte hizo de las drogas, la promiscuidad y la violencia algo glamouroso.” Esta claro que esta no es la mejor vía para reivindicar la igualdad racial, ya que el amigo Biggie Smalls no era un ejemplo a seguir, por mucho que el realizador de la cinta, George Tillman, Jr. se empeñe en ello.

Esta película es un ejercicio de técnica efectivo, sin errores y con una planificación y un montaje ágil que provoca que el producto final sea muy entretenido a lo largo de las más de dos horas de metraje. Si además te gustaba la música de Notorious BIG o simplemente alguna canción suya forma parte de la banda sonora de algún recuerdo, como en el caso del que escribe, la película gana enteros. El filme tiene en su haber las interpretaciones de todo su elenco, que están muy trabajadas. Destacaría, a parte de la de Jamal Woolard (Notorious BIG), la de Antonique Smith (Faith Evans) y la de Naturi Naughton (Lil Kim).

La película tiene un problema fundamental: la distribución de información. Hasta los que no son expertos en la vida del controvertido rapero pero la conocen bastante tienen problemas siguiendo los acontecimientos. El personaje de Voletta Wallace desaparece prácticamente durante todo el segundo acto de la película, así como la primera novia de Notorious, que no reaparece hasta el final. Por otra parte, hubiera sido conveniente haber profundizado más en el paso de la amistad a la enemistad entre Notorious BIG y Tupac. La película, más que arrojar luz sobre la controvertida guerra del rap entre la costa este y la costa oeste de finales de los noventa, parece que lanza más dudas. Es una película que para el que no es fan de Tupac, de Notorious o del rap en general, será muy difícil de ver. Pero si te encuentras en este grupo, seguramente no llegarás a comenzar su visionado nunca y por esta razón me extraña mucho que está película haya logrado una distribución comercial en un país que ignora tanto el rap como España.