lunes, 15 de junio de 2009

Millennium Actress

Me dispuse a visionar este largometraje con mucho entusiasmo. De Satoshi Kon había visto Perfect Blue y Paprika, ambas obras muy recomendables y de una calidad indiscutible. Desafortunadamente, desde mi punto de vista, esta obra no está al nivel de las otras.

No obstante, la película tiene algún elemento formal muy interesante, pero eso solo eso. El contenido es bastante simple: una chica se enamora de un hombre y durante toda su vida le buscará. La historia está contada en unos flashbacks interesantes, ya que los interlocutores de la narradora, curiosamente, un productor y un cámara, aparecen en los microrelatos que conforman la historia. En un principio aparecen como meros testigos, pero después se convertirán en agente influyentes en la trama. Ya supondréis que la película no se rige por las convenciones lógicas más comunes. Satoshi Kon disfruta cambiando de localizaciones y de vestuario de manera abrupta. En Paprika lo consigue con maestría y en esta película no le sale tan bien la jugada, si bien es cierto que esos saltos de continuidad tampoco molestan.

Otro punto interesante es como, a través de las distintas escenas, podemos hacernos una vaga radiografía de la filmografía japonesa desde la Segunda Guerra Mundial hasta la década de los 70.

A uno le hubiera gustado que todo ese alarde visual y revolución formal hubiera venido acompañado de un guión más elaborado. Aun así, el visionado de esta película es recomendable, aunque no tanto como el de Paprika.

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