domingo, 31 de mayo de 2009

LOVE/HATE

La noche del cazador

Mucho había oído hablar de esta película. Casi todos los análisis y comentarios de las personas de mi entorno hacían referencia al desasosiego que provoca la película. Tras visionar el filme, no puedo más que estar de acuerdo con los que tienen a esta película como una de las más inquietantes de la historia del cine.

No obstante, esta zozobra emocional que provoca la película es muy distinta de la que provocan las películas actuales que se caracterizan por tener ese poder. Me viene a la cabeza una película como Irreversible de Gaspar Noé (film que por cierto me parece de un gran interés), o, a tenor de lo que se dice de ella, Anticristo de mi siempre odiado Lars Von Trier. Estas dos películas basan su capacidad de inquietarnos en la violencia más explicita (una violación de 20 minutos en el filme de Noé, una mutilación de clítoris en el del realizador danés) y en elementos formales que dificultan la visión desde una perspectiva fisiológica (movimientos de cámara mareantes, iluminación que dificulta la visión, etc.)

En cambio, el único largometraje dirigido por el inmortal Charles Laughton inquieta pero no incomoda, y lo hace utilizando unos métodos, si se me permite la osadía, mucho más elegantes que las de los directores actuales. Formalmente, La noche del cazador es una película clásica, que incluso recurre a elementos de eso que Nöel Burch llama el Modo de Representación Primitivo (en un momento determinado, los niños protagonistas están escondidos y un cache nos señala cuál es su ubicación en el cuadro). No hay ningún solo acto violento en pantalla y aún así, ¿porqué nos aterroriza tanto la historia?

Por un lado tenemos una dirección de actores magnífica, como magnifico actor fue su director. Gracias a esa dirección podemos disfrutar de un Robert Mitchum sublime, el villano más aterrador que he visto y gran inspirador del protagonista de El cabo del miedo de Scorsese. Por otro lado tenemos una historia que aterroriza porque muestra una de las cosas más terribles que tiene el mundo y de la cuál no nos hemos podido liberar todavía: el fundamentalismo religioso. Y como tercer vértice de este triángulo tenemos un uso de la cámara donde la violencia nos es ocultada, haciendo que sea nuestra imaginación la que ponga el resto.


2 comentarios:

Gloria dijo...

Nunca es tarde para descubrir esta estupenda película ;D

EN mi blog dedicado a Laughton suele haber con frecuencia artículos relacionados con esta película.

Burren dijo...

Sí, es una película que extrañamente nos gusta a casi todos los compañeros. Al menos en una cosa sí nos ponemos de acuerdo.