jueves, 12 de noviembre de 2009

Cinderella

Esta cinta aborda un tema muy interesante como es la cirugía estética en Corea del Sur desde el género del terror. Esta premisa me parece todo un acierto, ya que, por lo menos para mí, cualquier tipo de cirugía me causa terror y si además en una tan banal y estúpida como la cirugía estética (más cirugía que estética), el terror se amplifica. Son pocas las voces que exclaman en los medios de comunicación que unas tetas de plástico serán grandes, pero bonitas no son. En Corea, la obsesión de la sociedad se centra en la cara y en conseguir los rasgos menos orientales posibles, creándose un tipo de monstruo que parece una versión de segunda categoría de una mestiza coreana-occidental. Este monstruo es mucho más común por las calles coreanas que la mestiza (que creada por medios naturales, es decir, mediante el sexo, suele ser de gran belleza), ya que por desgracia para nosotros, al coreano le gusta imitar al occidental, pero no le gusta mezclarse con él.

Esta obsesión de las coreanas por su aspecto físico se ve reflejada en la cinta de Bong Mandae, especialmente en el personaje de la madre, que además es cirujana plástica. Pero esto, que es el contexto, es prácticamente lo único destacable de la película. Terror no se crea (ni cuando, como en mi caso, ves la película solo, de noche y con una tormenta estruendosa) y la mayoría de los sustos matemáticos (que son aquellos que, según el realizador Jaume Collet-Serra, generan una expectativa, no la dan y en el momento menos esperado aparece un elemento inesperado) no provocan ningún sobresalto.

La trama, que es simple, se nos presenta mediante saltos en el tiempo para alimentar nuestro interés. La lástima es que la resolución no resulta creíble, hasta cuando se tiene mucha predisposición a ver productos fantásticos. El tratamiento que el realizador coreano hace de las escenas de cirugía es bastante positivo, ya que genera tensión sin recurrir a lo fácil, que sería enseñar mucha carne y sangre. Por otra parte, la música es totalmente repetitiva y a veces la inclusión de baterías sintéticas destruye la atmósfera. La película se salva porque retrata con mucha sinceridad una parte de la sociedad coreana que de por sí da bastante miedo y asco.

2 comentarios:

Marziano dijo...

Muy acertada tu reflexión acerca de la cirugia estética: No puedo estar más de acuerdo...

Policromi dijo...

Curioso. Precisamente a mí me encantaría tener una cara más oriental. Pero es el mismo perro con distinto collar. La mayor belleza es la que nos proporciona nuestra familia. Ver distintos tipos de belleza es tener una visión más amplia de la diversidad.