domingo, 7 de febrero de 2010

Inoue Takehiko: The Last Manga Exhibition

Saludos desde Japón, lo más cercano a un Paraíso del Freaky en la Tierra. Acabo de llegar a Tokio, tras pasar unos días en Osaka, Kioto y Hamamatsu. En Kioto visité el Museo Internacional del Manga que, siendo sincero, fue bastante decepcionante. No era más que una biblioteca enorme con algunos dibujos originales colgados.


Inoue Takehiko: The LAST Manga Exhibition

Me encontraba yo por Osaka y me enteré de que había una exposición sobre manga con el título de la entrada de este post. Soy un desconocedor de la obra de Takehiko Inoue, no he leído nunca ni Slam Dunk ni Vagabond, sus obras más conocidas. No obstante, llevaba dos días en Japón y, como todavía no había hecho ninguna actividad otaku, me decidí a ir al Museo Suntory de Osaka. Menos mal que lo hice.

Al entrar ahí me ofrecieron un dossier con traducciones al inglés. Pensé que sería para leer pequeños textos que acompañarían a los cuadros. Cuál fue mi sorpresa cuando, al entrar en el espacio, me encontré con decenas de personas detenidos secuencialmente ante las pinturas. La exposición en sí era una especie de manga “espacial” y cada cuadro equivalía a una página. Las traducciones que yo tenía eran las traducciones de los bocadillos y con este material pude meterme de lleno en la historia que Takehiko me contaba.

La historia estaba basada en el universo Vagabond, y contaba los últimos días del samurai haciendo bastantes flashbacks. Pero, seamos honestos, la historia que se contaba no era nada del otro mundo en sí. El discurso, en cambio, es muy reseñable y abre vías para la narración mediante imágenes.  Cada pintura estaba hecha en distintos formatos y técnicas, prevaleciendo el sumi, el pincel y el lápiz. En algunos casos, es la propia pared del museo la que se convierte en el lienzo sobre el que el mangaka desarrolla su arte. Otras veces, el cuadro, representación de un hombre desfallecido en el suelo, está depositado sobre el propio suelo del museo en vez de colgar de la pared. En otros cuadros, tendremos que tener cuidado si nos acercamos mucho, porque hay elementos tridimensionales que, literalmente, salen del cuadro. Cuando el samurai decide abandonar a la espada y la deja caer, observamos este crucial momento mediante un cuadro apaisado vertical en el que se describe la caída de la espada y, a nuestros pies se encuentra la espada. Y al final, en una escena en la playa, quizás nos olvidemos de que estamos en un museo, ya que el suelo está cubierto de arena blanca.

Este tipo de experiencias son las que provoca este manga tridimensional consistente de 140 escenas y que se puede visitar en Osaka hasta el 14 de Marzo. Si alguno de vosotros, queridos lectores, es tan afortunado de estar cerca de Osaka, hagan el viaje. La experiencia no les defraudará, incluso si no se incluyen entre los amantes del cómic. A la salida de la exposición podrán gastarse sus yenes en un merchandising de la exposición bastante atractivo para que puedan tener un recuerdo permanente del manga más fugaz de la historia (se tarda unos 40 minutos en leerlo y ya jamás podremos volver a revisarlo, a no ser que paguemos la entrada otra vez). Eso sí, todo esto, a precios japoneses: la entrada, 1500 yenes (unos 12€) y la camiseta más barata, por ejemplo, a 3000 yenes (unos 24€).



3 comentarios:

Enric Viñals dijo...

Dices literalmente: "Soy un desconocido de la obra de Takehiko Inoue"

Ahí va tu ego!!, entiendo que la obra en cuestión no te conoce, que inculta la obra!!!.

En tu linea ego-freaky. Un abrazo con dientes largos de envidia.

Luis dijo...

Tiene muy buena pinta. Es muy interesante y original poder tocar (literalmente) el manga.

La caducidad de la propuesta le da un toque de privilegio a los que la hayan visitado.

Algún día el Reina Sofía hará lo mismo con la exposición titulada: "YO, MI EGO Y MIS DIBUJOS"

Enric Viñals dijo...

Observo la corrección y retiro lo dicho.
Eres de los pocos freakys soportables que en el mundo son.