domingo, 11 de abril de 2010

Let's make money


Este documental trata sobre un tema que está a la orden del día: la economía mundial. Por alguna razón, bajo este título, me esperaba una obra con cierto toque cómico, al estilo de los trabajos (me resisto a llamarles documentales) de Michael Moore. Ese aroma humorístico brilla por su ausencia en este trabajo dirigido por el austriaco Erwin Wagenhofer. En realidad, el enfoque del cineasta del país de Mozart es uno bastante espeso y parcial. Para nada es una obra fácil de ver.

La tesis de Wagenhofer es tan simple que hasta resulta ofensiva: Los bancos, los políticos, Estados Unidos y todo lo que rodea al capitalismo son intrínsecamente malignos. Cualquier persona con dos dedos de frente sabe que esto no es así y que en la actual crisis, todos tenemos algo de culpa, porque al fin y al cabo, los que hemos dejado nuestro dinero en productos financieros que no entendíamos o hemos comprado propiedades a precios desorbitantes, hemos sido nosotros. Nadie nos ha apuntado con una pistola y nos ha obligado a hacer lo que los malos de esta película querían. Y tampoco nadie nos ha obligado a votar a determinados políticos que han dejado a los bancos hacer y deshacer a su gusto. No obstante una cosa es cierta: la mayoría de las personas, aunque seamos responsables en mayor o menor medida de la situación actual, nos encontramos ahora con las manos prácticamente atadas. Hay muy poco que podamos hacer para mejorar la situación global más allá de preocuparnos por nuestro futuro y esperar (casi desear) que nuestro éxito repercutirá positivamente en la sociedad.

Todo esto no quiere decir que esta obra documental carezca de interés. Muy al contrario, es una obra divulgativa que proporciona mucha información sobre cómo ha fluido el dinero en los últimos años. Por desgracia, la estructura del documental no permite que la información fluya todo lo bien que pudiera y además provoca que resulte aburrido. Además, el nivel de conocimientos económicos debe ser bastante alto para entenderlo. A mí se me escapaban muchas cosas y tengo experiencia en la banca. El largometraje nos lleva a distintos puntos del planeta, algunos de los cuales nunca llegamos a saber por qué son tan importantes. Parece que la intención de Wagenhofer era crear una impresión general a través de descripciones de la situación económica de cada país o de cómo funciona un determinado aspecto de su economía (por ejemplo, el boom de la construcción en las costas españolas). La conexión entre los distintos episodios es muy poco diáfana y esa falta de un hilo conductor claramente perceptible dificulta la concentración del espectador.

Wagenhofer, un realizador con una gran sensibilidad para la fotografía y para la creación de paisajes sonoros, se entretiene demasiado con imágenes de recurso que, aún siendo de gran belleza, aportan muy poca información adicional e interrumpen el flujo de la información. No sé muy bien cuál sería la intención del realizador, pero en mi caso proporcionaba más frustración que otra cosa, pues, en la mayoría de los casos, se me interrumpía una explicación que estaba siguiendo con gran interés. Estas imágenes que son rodadas con neutralidad y distancia chocan frontalmente con la opinión del realizador, expresada en unos cuantos carteles totalmente innecesarios desde mi punto de vista. Aún así, este trabajo es de obligado visionado si tiene un mínimo de interés en saber cómo está el patio, si de lo que hablamos es de dinero. Eso si, no les garantizo que pasen una velada entretenida.

1 comentario:

Luis dijo...

Todos tenemos parte de culpa. Todos hemos puesto un granito de azúcar para la tarta. Pero igual que los pedazos más grandes han sido devorados por cuatro, esos cuatro deberían pagar la mayor parte de lo que costó hacer la tarta.

Aqui hay pocos cheff y muchos pinches de cocina.