domingo, 26 de abril de 2009

La escopeta nacional

Me enfrentaba a Berlanga por primera vez. No sabía muy bien qué esperar, por alguna razón me esperaba algo parecido a Buñuel. Ciertamente, el inicio de la película, con ese largo plano sobre el que se posan unos parcos títulos de crédito y sin más acompañamiento sonoro que el ruido ambiente de una granja, hace pensar que nos encontramos ante una de esas películas sobrias que bajo una premisa realista no aportan más que aburrimiento.

Afortunadamente, no podía estar más equivocado. Es cierto que la puesta en escena es escueta (no hay música extradiegética en toda la película) pero la fuerza de la cinta recae en lo absurdo y en lo escatológico. Lo peor de todo es que ese absurdo escatológico está basado en la realidad de las clases poderosas de los últimos años del franquismo.

Una somera descripción de los personajes ayudará mucho a comprender lo que digo. Un empresario catalán que solo piensa en el dinero, un marqués que colecciona vellos púbicos femeninos, una seudoactriz desesperada por aparecer desnuda en una película, el hijo mayor del marqués que se masturba observando a la seudoactriz, un cura racista al que le encanta cazar, un Ministro que se beneficia a la seudoactriz, un exdictador latinoamericano, etc.

En definitiva, una película repleta de secuencias esperpénticas en las que se hace una crítica mordaz a la España de las tres C’s (Cañí, Casposa y Castiza) que os proporcionará una hora y media de risas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gran Filme