“I can’t live, with or without you” dice uno de los muchos éxitos de la banda irlandesa U2. Esta frase describe el sentimiento que muchos seres humanos sienten hacia otra persona. Además, estos dos versos describen el tema de la película de Lawrence Kasdan, El turista accidental. Los tres personajes principales de esta película, el triángulo amoroso formado por Macon (William Hurt), Sarah (Kathleen Turner) y Muriel (Geena Davis), sufren de este particular estado de ánimo. Cuando Macon y Sarah están juntos, ambos son infelices. Cuando están lejos uno del otro, Sarah sigue siendo infeliz. Por otra parte, cuando Macon y Muriel están juntos, Macon es feliz, pero Muriel no lo es, y cuando están separados, Macon es infeliz y Muriel recupera su excéntrico buen humor. Las relaciones humanas son difíciles, muy difíciles, y esta película es capaz de describir este rasgo de la condición humana notablemente.
Pero, a pesar de todo esto, el largometraje de Kasdan está lejos de ser una obra maestra o incluso una película cuyo visionado recomiende. Uno de los defectos, en mi opinión, es la duración. Kasdan debería haber reducido la duración a 90 minutos, porque en realidad, no hay mucho que decir acerca de un triángulo amoroso y la película termina siendo aburrida. Me hubiera gustado más la película si Kasdan hubiera profundizado en la familia de Macon. Las escenas con estos personajes extraños y excéntricos son las mejores y más cómicas de la película. Tal vez el principal error de esta película es intentar ser una tragicomedia (para ser sincero, no estoy seguro de si los gags cómicos eran intencionados o si la intención del director era producir un drama y esos encantadores momentos eran sólo accidentes) en vez de ser una comedia.
La partitura de John Williams, llena de belleza (como cualquier partitura ideada por la mente de este compositor maravilloso) si la aislamos de la película, suena demasiado a cliché si se combinan los sentidos visuales y auditivos. Es demasiado grandiosa y brillante para el ambiente minimalista de la película, que también es un muy oscura.
Una cosa que no entiendo es cómo Geena Davis fue premiada por su actuación con un Oscar. 1988 debe haber sido un año bastante malo en lo que a actuaciones secundarias se refiere si esta era el mejor. No me creo ni entendiendo a su personaje en ningún momento, pero por otro lado, debo decir que, como hombre, no tengo ningún talento para entender a las mujeres.
La muerte del hijo de los Leary no está totalmente desarrollada en la película, y esto hace que cualquier referencia a este hecho resulte un pegote. Funciona como un detonante que pone en movimiento la historia, pero o bien debería haber permanecido como un simple mecanismo narrativo, o bien debería haber tenido más peso narrativo a medida que se desarrolla la historia. El personaje del niño francés que le recuerda a Macon a su difunto hijo al final de la película es inútil e incapaz de producir ningún efecto. Todas las características nombradas impiden que esta película sea mala, pero también que sea buena.
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