jueves, 1 de octubre de 2009

Take off

Hemos tenido una semana movidita. Por una parte, por fin le han concedido un Oscar a mi deseada Lauren Bacall. Es un premio honorífico que reconoce la brillante carrera de esta actriz, aunque bien es cierto que su participación en Dogville podría haber sido motivo suficiente para no dárselo. Qué pena que una leyenda de este calibre se haya dejado engañar por nuestro amigo Lars y haya manchado así una carrera que de otra manera era una lista cargada de obras maestras.

Por otra parte, a Roman Polanski lo han detenido por un delito de violación que cometió hace !30 años! Está claro que todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario, y el proceso judicial del caso todavía no ha terminado, pero parece bastante claro que el genial realizador franco-polaco se benefició a una jovencita de trece años. Algunos dicen que fue consentido mientras las últimas declaraciones de ella dicen que fue violada, a pesar de que ella quiere retirar los cargos. Lo que asombra es cómo la condición de genio puede hacerte caminar por encima de la Ley durante 30 años. ¿O acaso creéis que si Roman Polanski hubiera sido obrero el gobierno francés le hubiera dado tanto cobijo? En este caso, mis sentimientos como cinéfilo por un lado y ser humano como otro están enfrentados. Vamos con la crítica de la semana.

Take off

Cuando los occidentales (al menos los españoles) pensamos en el cine coreano, pensamos de Park Chan-Wook, Kim Ki-Duk o el K-Horror. Debido a esto, es sumamente sorprendente ir al cine y visionar Take-Off. La pelícla hollywoodiense de Kim Yong-Hwa parece el elemento central de una campaña de publicidad contratada por la Asociación Coreana de Esquí. Si esta película fue planeada como publicidad o no, no lo sé, pero una cosa es cierta: este invierno un montón de niños coreanos darán al salto de esquí una oportunidad y quizás un nuevo equipo tomará el relevo del equipo retratado en la película.

Incluso si no se ha producido en los Estados Unidos, esta película es la típica película de deportes de Hollywood. De hecho, la abundancia de clichés del genero deportivo hace esta película más hollywoodiense que filmes americanos como Titanes, hicieron historia, de Boaz y, por supuesto, hace que sea peor película que la mayoría de las películas deportivas de Hollywood. Todos los personajes de la película, sin excepción, son planos estereotipos que han aparecido en el género deportivo desde el nacimiento de un género que tenía una de sus primeras obras maestras en El colegial, de James W. Horne's (1927), protagonizada por Buster Keaton.

Choi Heung-Cheol es el típico protagonista que viene de fuera de la comunidad y que tendrá que demostrar sus habilidades para ganarse el respeto de sus compañeros de equipo. También tenemos el deportista que tendrá que luchar contra la voluntad de un padre que no entiende el talento de su hijo. Kim Dong-Wook desempeña el papel del irreverente atleta que constantemente se enfrenta a la disciplina del equipo y tratará de conseguir que la hija del entrenador (cómo no, de muy buen ver) se meta en la cama con él. Y, por supuesto, existe el no tan talentoso pero muy currante deportista que se sacrifica por el bien del equipo de una manera no tan inteligente. Curiosamente, aquí este actante está dividido en los personajes de los dos hermanos.

El entrenador es el personaje menos hollywoodiense. Su papel como instructor cómico y excéntrico pero sabio es más propio de la narrativa oriental, como podemos ver en el personaje Muten Roshi del manga Dragon Ball.

Pero no sólo los personajes son una exageración del nuevo estilo de Hollywood. La película está llena de secuencias a cámara lenta manidas con una banda sonora carente de originalidad. Las imágenes generadas por ordenador son de alta calidad, pero son excesivas, especialmente cuando se supone que se está transmitido por televisión. Esto hace que la película sea menos creíble, porque incluso ahora en 2009, la realización del salto de esquí no es así. Lamentablemente, el director ignora por completo un tradición de realización del salto de esquí que ha hecho este deporte uno de los más bellos que se pueden ver por televisión.

Hay un error de diseño de producción en la película. En algún momento un Daewoo Tacuma aparece en pantalla. La película tiene lugar en 1997, 1998 y 2002 en la última secuencia. Sin embargo, este coche no salió al mercado hasta el año 2000. Hasta ahora sólo hemos hecho una lista de los aspectos negativos de la película, pero no es tan mala como parece. Está los suficientemente bien hecha para que un extranjero con poco conocimiento del Coreano la pueda entender sin subtítulos, y eso no es todo: no es aburrida, aunque dure 137 minutos. A pesar de esto, la película es inverosímil, a pesar de estar basada en una historia real.




4 comentarios:

Sergi T. dijo...

Estas películas me aburren soberanamente. No me llaman lo más mínimo la atención...

No me habia enterado pero aplaudo el Oscar para Bacall, lo merece, sin duda (¿Dogville? ¿Qué película es esa?).

Luis dijo...

ECLÉCTICO. No se puede definir de otra manera el último artículo publicado en este santo paraíso.

Empieza en la cima alavando y abalando el mejor Oscar honorífico otorgado en los últimos años a "la flaca"("la flaca" era un sobre nombre muy grande, mucho antes que naciera el del jarabe pa la tos)

Y cuando crees que the best it´s yet to come, el lider de la secta freaky (que afirma estar en un paraíso) se pone a contar no sé que de una truño surcoreano sobre saltos de esquí...

Definitivamente la carne de perro estará buena pero daño a las neuronas, al menos a la de los sevillistas (qué gran equipo, por cierto, jódete real madrid)

Solo me queda saludar al señor Mini-Oven y animarle a seguir posteando desde el lejano oriente(aunque todos sepamos que en realidad está por los bares de sevilla acompañando a Navas de tapeo y cañas pa quitarle el miedo escénico y la timidez...

1ª lección:

-Rubén: Jesús, my niger, ante todo tú defiende tus putos dibujos en el campo y llegarás al mundial

-Navas: que cohones dísse

-Rubén: ya lo entenderas, grumo

Rubén Hornillo dijo...

Que risa de comentario!

Anónimo dijo...

Buscando info sobre lo que se cuenta en la peli me encontré con tu blog y vaya....sólo tengo que decir que ya les gustaría a los americanos hacer una película de deportes así, yo no le encuentro ningún parecido con esas hollywoodienses que me hacen potear y que ganan en el último minuto ^^U y Take Off se aleja totalmente de esos parámetros, quizás hemos visto películas diferentes????
De truño nada

saludos