jueves, 10 de diciembre de 2009

Exorcismo en Connecticut


Nos encontramos ante una cinta de terror basada en hechos reales, un poco al estilo del Exorcismo de Emily Rose. El argumento es el siguiente: un adolescente con cáncer y su familia se van a vivir a una casa embrujada en Connecticut, donde el enfermo recibirá un tratamiento especial. Matt, el personaje protagonista, al estar entre la vida y la muerte o, como ellos dicen, y parafraseando a la Biblia, “en el valle de la sombra de la muerte” (Salmo 23:4), puede ver a los espíritus e interactuar con ellos.

Hasta ahora, todo esto lo hemos visto antes, y lo cierto es que este filme no aporta nada nuevo. Tenemos a la familia al borde del colapso, el niño (no tan niño en este caso) que habla con espíritus, una casa tétrica, un reverendo especialista en ocultismo, el escepticismo de la ciencia, etc. A pesar de todo esto, el largometraje tiene un encanto, una capacidad de enganchar al espectador y de provocar sustos bastante destacable. El debutante Peter Cornwell radicaliza las convenciones formales del género, por ejemplo, fundamentando el susto sobre la música descaradamente. Aunque esto pueda parecer una deficiencia, en realidad es una característica que se encuentra en el haber de la película. Desde una perspectiva clásica, se podría decir que se abusa del montaje videoclip, pero estas pequeñas micro secuencias (usadas para describir los contactos de Matt con el "otro mundo") siempre suman a la hora de contar la historia.

Otro aspecto destacable de la cinta es la actuación de los actores, que hace la historia muy creíble. Los niños no se hacen insoportables (lo cual suele suceder mucho en las cintas de terror) y Kyle Gallner cumple con creces con su papel de protagonista. No obstante, todo este esfuerzo a veces se va al garete por la pobreza del diseño de producción. La historia está ambientada a finales de los ochenta y en ningún momento nos da la sensación de estar en esa época, sino que parece que el relato ocurre en algún pueblo del Connecticut actual. El estilo de finales de los ochenta es muy característico, y si no, intentad mirar cualquier serie de televisión de la época y veréis como parece que todo el mundo era un hortera.

Para concluir la crítica, diremos que esta es la película de género de terror que más sustos me ha provocado desde Rec y que, sin ser una obra maestra del género, ni mucho menos, si que se asienta como una de las producciones americanas más decentes de los últimos años.






1 comentario:

Luis dijo...

Creo que la utilización de la música y el sonido en general para asustar en el cine de terror es lícita pero manipuladora.

Si me comparas la peli con Rec, ya se que film no voy a ir corriendo a ver.

En breves días: "exorcismo en gandia"

SALUD AMIGO