sábado, 9 de enero de 2010

Terminator

Empieza la película. Un tanque camina por la ciudad destruyendo esqueletos humanos a su paso. En ese momento, un pensamiento se aposenta en mi cabeza para lo que queda de metraje: ¡qué mal ha envejecido esta película! La que hace 25 años (que se dice pronto) fue una superproducción con efectos especiales vanguardistas, parece una producción de serie B (sobretodo teniendo en cuenta que la mayoría de los actores de serie B tienen más capacidad dramática que nuestro querido Gobernador de California).

Muchos dirán que es una cuestión de género, que las películas de ciencia ficción envejecen mal. Falso. Mirad Blade Runner o incluso Star Wars para observar que han envejecido con muchísima dignidad. El problema (por llamarlo de alguna manera) puede residir más en la actitud de su director, James Cameron, a la hora de afrontar sus producciones. Todas sus películas suponen un reto tecnológico. Lo podemos ver con su última producción, Avatar, y el novedoso uso del 3d, pero, ¿quién nos asegura que esos fascinantes efectos visuales de hoy parezcan ridículos de aquí a 25 años?

El guión de esta película ha dado para crear todo un universo que se ha extendido a través de 4 largometrajes y una serie de televisión. Esto significa que el material, de por sí, es bastante jugoso. Aún así, si me tengo que quedar con algo positivo de la película, es con el brillante uso que Cameron hace de los mecanismos de suspense. El largometraje está repleto de escenas de persecución en las que sientes el mismo miedo y ansiedad que Sarah Connor, aunque este personaje esté pésimamente interpretado por Linda Hamilton.

Y si de cosas pésimas tenemos que hablar, ahí está la horrible partitura de Brad Fiedel. Si por algo es conocida la década de los 80 (cada vez estoy más convencido de que, culturalmente, es una década a la que deberíamos aplicarle el Control+Z, si pudiéramos), en lo referente a música, es por el uso y abuso del sintetizador. Esta película se convierte en uno de los mejores ejemplos para ilustrar este axioma. Y a pesar de todo esto, la película no aburre y consigue un nivel de atención alto. Y es que Cameron, a parte de ser un investigador tecnológico insaciable, es un narrador con oficio.


3 comentarios:

Mr. Bataille dijo...

Muy de acuerdo con tu crítica. Ha envejecido bastante, y eso que es más nueva que Star Wars (1977) o Blade Runner (1982). Lo del uso abusivo del sintetizador en los años 80 es tremendo, menos mal que esta molesta moda ya ha pasado…

Luis dijo...

De todo lo que se dice en esta entrada me he quedado especialmente con lo de la década de los 80. Todavía nadie hoy me ha explicado y justificado el motivo por el cual se dejó hacer música en esa década a miles de toxicómanos de la laca y las hombreras cuya aspiración era destacar más por sus pintas que por una presunta innovación musical.

Para mí se trata de los años más mediocres desde la aparición de la música popular-comercial a principio del siglo XX.

Sobre Terminator: la segunda parte es mucho mejor que la primera tercera, cuarta y la serie juntas.

Unknown dijo...

Por fin alguien califica a Cameron como director con oficio y no lo confunde con gran narrador.

Necesito una revisión de la película para recordar algunas cosas y para darme cuenta de lo mal que ha envejecido pero, por desgracia, en la ciencia ficción hay demasiadas películas que han envejecido mal y tan solo son disfrutables por enérgumenos como nosotros.

¡Vivan los energúmenos!