domingo, 9 de mayo de 2010

Pyongyang (2003)

Esta es la primera vez que hago una incursión en eso que se ha dado en llamar “cómic documental”. Este trabajo narra las aventuras (o mejor dicho, desventuras) de su autor, el dibujante y animador canadiense Guy Delisle, en el país más hermético del mundo: Corea del Norte. A través de este libro, nos hacemos una imagen mental no solo de lo crudas que están las cosas en el país de Kim Jong-il (que curiosamente ha sido parodiado recientemente por Joaquín Reyes en Muchachada Nui), sino que aprendemos un poco sobre cómo funciona la industria de la animación y cómo es el día a día de alguien que se siente extranjero (o sea, un occidental que se va a Oriente o a África, o viceversa, porque irse de Erasmus a Inglaterra no es irse al extranjero).

Como español residente en Corea del Sur (por primera vez me estoy sintiendo totalmente extranjero, sobre todo cuando veo mi tarjeta de residencia y pone “Alien Registration Card”) al que le gusta mucho la animación, comprenderéis, queridos lectores, que esta novela muy mala debería ser para no despertar mi interés. Nunca me ha gustado la caricatura estilizada occidental. El cómic europeo más mainstream siempre ha sido el que se ha dibujado de esta manera, con intenciones cómicas, y aunque disfruto un Mortadelo y Filemón como todo hijo de vecino, nunca he tenido la tentación de comprarme un ejemplar. El dibujo de Pyongyang es así, altamente estilizado a la europea, y no se toma en serio a sí mismo. Lo cuál es muy sabio, porque visto lo visto y leído lo leído, la única manera de la que uno puede hablar de esta dictadura comunista es mediante el enfado extremo o mediante la ironía, y Delisle opta por lo segundo. Delisle trabajó supervisando un proyecto de animación en Pyonyang durante dos meses, y nadie quiere estar cabreado durante un periodo de tiempo tan largo, así que uno aprende a ver las cosas con humor. ¡Qué remedio!

Este cómic está pintado en escala de grises, como gris es la vida en Corea del Norte. Sí Corea del Sur me parece gris, imaginaros cómo debe ser al otro lado del DMZ. La vida de Delisle consistía en ir de un hotel para extranjeros al estudio de animación y de vuelta al hotel. Todo esto lo hacía siempre acompañado de su intérprete, ya que no tenía permitido caminar sin él. Su gris existencia se veía tenuemente coloreada por visitas casi obligatorias a los monumentos de la Represión Comunista. Seguramente, empezó a trabajar en este cómic una vez salió del país, ya que igual hubieran acusado esta obra de subversiva.

Las cosas que el dibujante canadiense relata con ironía, a pesar de parecer inverosímiles a los ojos de personas que se han criado en democracia, me las creo a pies juntillas. El confucianismo y el cristianismo son un matrimonio perfecto que solo es superado por el que forman el confucionismo y el comunismo coreano, el cual es un cristianismo donde Dios es sustituido por Kim Il-sung, y Jesucristo es sustituido por Kim Jong-il. Una frase que no me canso de repetir es la siguiente: Los coreanos sólo son personas cuando están borrachos, cuando están sobrios son robots (por eso se pasan casi la mitad de su vida en estados cercanos al coma etílico). A tenor de lo que Delisle relata, esto pasa a ambos lados de la frontera (y a juzgar por el comportamiento de los chinos que conozco, también pasa en China).

Vivir bajo una dictadura es triste, pero en el caso coreano, la dictadura es solo la punta de un iceberg llamado confucianismo que se ha ido creando a lo largo de siglos. En el caso surcoreano, poco a poco, gracias a la globalización cultural, los surcoreanos aprenderán a romper las cadenas de la autocensura y a ser personas más libres. Los ciudadanos de Pyongyang, por desgracia, lo tienen más crudo.

2 comentarios:

Enric Viñals dijo...

- Tres cosas:

1.-¿te és posible pasar a Corea del Norte como turista ? Aunque fuera por una mañana seria muy interesante.
2.- Existe o ves alguna comparación politico-social N.Korea vs. Cuba...?
3.- Me estaba acostumbrando a críticas de pelis y esta es sibre comic impreso en papel.. he tardado en darme cuenta.

salud.

Rubén Hornillo dijo...

1. Es prácticamente imposible acceder a Corea del Norte sin un visado de trabajo, que no creo que sea fácil de conseguir. La mejor manera, si quieres ir, es siendo voluntario de una ONG.
2. ¿Paralelismos con Cuba? Muchos. La mitología que se establece alrededor de Kim Jong-il y Kim Il-sung por parte coreana y la que rodea a Castro y al Ché por parte cubana. Aún así, sin haber estado en Corea del Norte, creo que el grado de libertad allí es infinitamente inferior que en Cuba. Sin embargo, lo peligroso del castrismo en comparación con el "Kimismo", es que cuenta con el beneplácito de una parte de la sociedad, mientras que todo el mundo suele tener claro que lo de Corea del Norte no tiene ni pies ni cabeza.