domingo, 6 de junio de 2010

Shutter Island (2010)

¿Qué películas hubieran realizado directores como Otto Preminger, John Huston o Howard Hawks si no hubieran estado eternamente vigilados por el Código Hays? Seguramente esas películas se parecerían a Shutter Island, la última aventura cinematográfica del gran Martin Scorsese. ¿Por qué hago esta afirmación? Porque esta película reúne todas las características que se le asocian al film noir (detectives, contexto de post-guerra, una trama que hay que descubrir, un antihéroe, una femme fatale) más la violencia explícita, tanto verbal como física, del cine actual. Este largometraje, poseedor de un guión endiablado, es de los pocos que, de verdad, hace honor a la etiqueta de “thriller psicológico”.


La película mezcla magistralmente elementos de la Serie B (como ese tema principal de la banda sonora, que al principio es desagradable pero que luego dota al largometraje de un valor añadido) con planos magistralmente ejecutados (como ese maravilloso traveling de las fuerzas aliadas fusilando nazis) creando un producto que transpira Scorsese en cada fotograma pero que, a la vez, te sorprende porque nunca te hubieras imaginado a este realizador haciendo un producto tan cercano al género de terror.

Teddy Daniels (Leonardo DiCaprio) y Chuck (Mark Ruffalo), dos alguaciles de los Estados Unidos, llegan a Shutter Island para investigar la desaparición de una paciente en una institución penal para enfermos mentales. Los investigadores se dan cuenta pronto de que no todo es lo que parece y que el director del centro, Cawley (magistralmente interpretado por Ben Kingsley) les oculta bastante información. Mientras investigan, Teddy tendrá extraños sueños que le harán vislumbrar las claves del misterio que investiga. El argumento, situado en 1954 se desarrolla hasta que se llega a un tercer acto donde el espectador no sabe qué creer. La complejidad del guión de Laeta Kalogridis (basado en la novela homónima de Dennis Lehane) provocará que usted salga del cine extenuado mentalmente. Ese cansancio mental es causa de la gran concentración que exige esta película, y me recuerda a como me sentí las primeras veces que vi El sueño eterno o El halcón maltés. Como las grandes películas, Shutter Island no es que aguante varios visionados, sino que los requiere.

A Scorsese hay que reconocerle muchísimas cosas a lo largo de su extensísima filmografía, de la misma manera que hay muy pocas cosas que reprocharle (No direction home: Bob Dylan, por ejemplo). A tenor de lo visto en este largometraje, yo quiero destacar que haya convertido a Leonardo DiCaprio en un actor de los pies a la cabeza. Aún me acuerdo del jovenzuelo que me provocaba vómitos en Titanic. No obstante, 10 años después, este ya no tan joven actor no hace más que sorprenderme y cada película que interpreta a las órdenes de Scorsese resulta un avance en su registro interpretativo. En Shutter Island, DiCaprio está sencillamente espectacular, y el duelo que mantiene con Ben Kingsley es deleitoso.

Posiblemente, la película llegue a los 300 millones de dólares de recaudación, triplicando su presupuesto de 80 millones. Esto demostrará que Scorsese sigue siendo un director que arrastra las masas a la taquilla y, mientras siga siéndolo, los amantes del buen cine podremos acudir al cine cada dos años a pasar una buena velada.

2 comentarios:

Sergi T. dijo...

Bieeen! Por fin una entrada con la que no me siento estúpido y puedo comentar.

De acuerdo en tu reflexión sobre Scorsese, en la madurez de Di Caprio y en algunos puntos sobre Shutter Island. Sin embargo no puedo celebrar con el mismo entusiasmo que tu el visionado de la película. Me supo a poco, a demasiado poco para venir de Scorsese. Está bien llevada, de forma magistral -no dudo que el bueno de Martin es un genio- pero su gran problema es el desenlace. Para mi gusto lastra todo lo que había conseguido antes (que era mucho). Sin dudas, esta misma película no hubiese sido la misma en otras manos y eso es lo que hay que agradecerle a Scorsese, pero su giro final -inevitable, supongo-me molesta, creo que ya no funciona, lo hemos visto demasiadas veces... Me hizo decir ¡qué pena!.

Os recomiendo la lectura de "Los renglones torcidos de Dios" de Torcuato Luca de Tena.

Luis dijo...

Me encanta que se inserten mensajes ocultos que hagan levantarse de sus asientos a lectores indignados y les fuercen a escribir comentarios, calificar como error la obra meastra No direction home ha sido el resorte en esta ocasión.

Lo de Di Caprio lo acepto. Yo me congratulé con él a raíz de ver Diamantes de sangre, en la que creo que está mejor que en ésta.En Revolutionary Road sólo está correcto.

Shutter Island viene lastrada, como afirma Gort, por una vuelta de tuerca demasiado manida y obvia. El sexto sentido, The Game o Identity, son algunos ejemplos. Creo que Martin podría haber sido más original. Mi propuesta es que, finalmente, sí hubiera algún malo, o que se hubiera dejado con la duda en el espectador...es demasiado facilón, aunque seguro que la novela en que se basa será quién haya mandado en la resolución.

Lo que si me parece brillante es la primera mitaddonde hay: terror+suspense+david linch+cine negro. Muy bueno.