sábado, 26 de diciembre de 2009
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sábado, 19 de diciembre de 2009
Secret Sunshine (Milyang)
jueves, 10 de diciembre de 2009
Exorcismo en Connecticut
jueves, 3 de diciembre de 2009
2012
Muchos dirán que el guión es simple o que no está a la altura del componente visual de la película, y seguramente estén en lo cierto. Más allá de la inverosimilitud de algunas acciones de los personajes (al fin y al cabo, esto es cine-espectáculo y la gente ya acepta que el héroe pueda hacer en un minuto lo que a todos nosotros nos costaría media hora), hay una par de escenas que están mal planteadas. Por ejemplo, el mundo se hunde en el caos, toda la tierra se está yendo al garete, pero curiosamente, en Times Square la tierra se estabiliza y la gente puede ver el mensaje heroico del Obama de turno (de aquí a 10 años, sería muy interesante hacer un estudio sobre las representaciones de Obama en el universo fílmico). Más preocupante me parece otro fallo que si lo revelo puede fastidiar la película a los lectores que no hayan visto la cinta, así que daré unas pistas para los que sí la han visto: compartimiento lleno de agua, clímax, ¿micrófonos? No deja de sorprenderme cómo proyectos en los que se invierte tantísimo dinero tienen fallos de guión que son patentes en el primer visionado de la obra.
Una vez comentado el texto en sí, voy a hablar de lo que de verdad convierte a 2012 en una de las películas más sugerentes que he visto en mucho tiempo. Me parece una película que tiene muchas más capas de contenido que la obra maestra del director gafapastoso de turno. Lo que pasa es que hay que saber ver en la película más allá de los efectos visuales. La primera cosa a tener en cuenta: el guión de esta película está firmado por Roland Emmerich y Harald Kloser (el cual también es responsable de la banda sonora) pero en ninguna parte dice que está basado en la Biblia, y esto es, cuanto menos, injusto. 2012 no es otra cosa que la versión actualizada a nuestros tiempos del diluvio universal relatado en la Biblia.
Por otra parte, hay que tener en cuenta el contexto en el que se ha producido la película. Estamos en plena crisis de valores económicos, lo cual ha llevado también a una crisis en los valores de la sociedad (seamos honestos, lo material nos determina más que cualquier otra cosa). Esta película es una exageración de este estado en el que el mundo se encuentra. Y más allá de intentar dar una esperanza, el relato se desarrolla con una gran crudeza y el happy ending da más miedo que otra cosa.
El, en mi opinión, más grande de todos los filósofos, Nietszche, dijo que el hombre del futuro, el superhombre, llegará después de una etapa de nihilismo activo, que no es otra cosa que la destrucción intencionada de los valores de esta sociedad para que cada ser humano se cree los suyos propios. Para mí, esta película es una radicalización de esa premisa. Emmerich (cuya recurrencia a determinados temas en su extensa filmografía demuestra que es tan autor como el que más) no solo destruye los valores, sino que destruye al mundo en sí, y deja vivir a un limitado número de personas, que vivirán según los valores que él, como ser humano, cree que son los que tienen que determinar la nueva civilización. El nuevo mundo de Emmerich esta creado, sobretodo, por individuos fuertes y de gran poder. Todos los protagonistas que sobreviven son personajes fuertes, y aquellos que no lo son, mueren. Es cierto que el personaje que la gente reconocerá como el más mezquino, el multimillonario ruso (y también, el más real de todos), muere, pero su espíritu y sus valores vivirán a través de sus hijos. En cambio, su novia, a la cual la audiencia considera mejor persona (a pesar de que a la vista está que es una buscona), morirá ahogada. Nunca en la historia del cine, un director ha destruido el mundo y ha decidido como será el nuevo con tanta honestidad. Los poderosos vivirán, y lo harán en cuartos de lujo, y aquellos no tan poderosos pero con el potencial de serlo, conseguirán sobrevivir. Esto hará que los poderosos se sientan bien consigo mismos (la caridad será un valor que sobrevivirá), pero la realidad es la siguiente: los fuertes sobreviven y el 95% de la humanidad muere.
jueves, 26 de noviembre de 2009
Bad Guy
No entiendo varias cosas sobre esta película, y sobre otras muchas cintas producidas en Asia: ¿Por qué una muchacha que fue sorprendida robando elige un préstamo que va a transformarla en una esclava sexual en lugar de ser arrestada? ¿Cómo puede una chica virgen rechazar la invitación de su novio a un love motel y pocos días después convertirse en una prostituta? ¿Cómo puede un proxeneta enamorarse de una prostituta? ¿Cómo puede esta misma prostituta enamorarse del hombre que hizo de ella una prostituta? Algunas personas pueden pensar que estos son fallos del guión, pero en cambio, creo que son errores sociales.
Daré más detalles: Siempre pensé que lo peor que le sucedió a la humanidad fue el judeocristianismo (del cual el cristianismo y el Islam evolucionaron). Ahora, creo que el confucianismo es, al menos, tan perjudicial para la naturaleza humana como el judeocristianismo. Desde luego, ha sido más fácil librarse de las cadenas de la religión en el mundo occidental, y por lo tanto, las personas disfrutan de sus vidas más y son más honestas las unas con las otras. Por otra parte, en los países confucionistas (China, Taiwan, las Coreas y Vietnam), las relaciones humanas son prácticamente inexistentes si no hay una máquina o una bebida alcohólica de por medio. El rigor del confucianismo ha matado a la naturaleza humana (es una pena que los asiáticos lo eligieran sobre el budismo o el taoismo, que son las más libres de todas las religiones), la gente siempre está interactuando con un rol y no con una persona. Y, por supuesto, el sexo es algo malo (en mi opinión, asociar el sexo con el pecado era una forma de controlar la población, pero ahora que nuestra tecnología y la ciencia pueden controlarla, no hay razón para este enlace).
Así, en esta tan rígida estructura social, las cosas contradictorias que he mencionado anteriormente tienen sentido. El sistema judicial de los países confucianistas tiende a reaccionar de forma exagerada contra los delitos, y es por eso que ser una prostituta puede ser mejor que ser detenida. Si tu novio tiene sexo contigo con mucha facilidad, él (alguien que te importa mucho) se cree que eres una mujer de moral distraída, pero si eres una prostituta, personas cuya opinión no te importa te consideraran como tal. La respuesta general es la siguiente: donde hay una gran opresión de la naturaleza humana, la gente tiende a hacer las cosas más ilógicas.
Sin embargo, no podemos culpar al buen Confucio por cada mala película asiática (y por cierto, Bad Guy no es una mala película). El guión de Kim Kiduk tiene varios fallos. Por ejemplo, ¿cuántas veces puede un hombre ser apuñalado y no morir? ¿Y cómo puede alguien que está a punto de ser ejecutado salir de la cárcel? El contexto de la historia no es creíble. Corea es, de lejos, el país más seguro que en el que he estado. No me puedo imaginar las cosas que se describen en la película en la Corea real. Kim Kiduk necesita algunos conocimientos de calle, algo muy difícil de conseguir en este sobre tecnificado país donde es más fácil hablar con alguien a través de Internet que cara a cara. Además, hay un momento extradiegético en una playa que es completamente inútil, y rompe la estética realística-documental de la película. Sin embargo, la película tiene una secuencia de arranque muy fuerte y nunca deja de ser interesante.
jueves, 12 de noviembre de 2009
Madre
Cinderella
jueves, 5 de noviembre de 2009
Bleach: Fade to Black
jueves, 29 de octubre de 2009
El turista accidental
jueves, 22 de octubre de 2009
Porque la vida puede ser maravillosa
domingo, 11 de octubre de 2009
Festival Internacional de Cine de Pusan, Corea del Sur: La cronica
El primer día fue caótico. El festival tiene cinco sedes, algunas de ellas bastante lejos las unas de las otras. Después de hacer una ronda de reconocimiento por todas las instalaciones, nos dispusimos a conseguir las entradas. Aquí vino el primer chasco del día: The city of life and death, flamante ganadora de San Sebastián, tenía el aforo completo un día antes de su proyección. Conseguimos nuestra entrada para la única película que veríamos ese día, ya que las proyecciones de la sección Midnight Passion estaban agotadas también.
La película que vimos fue Yatterman, de mi admirado Takashi Miike. Pero antes de hablar de la película en sí, hablaré de en qué condiciones disfruté de su visionado. En el ticket ponía que la proyección se realizaría en un teatro al aire libre y que habría un concierto antes de la película. Lo que más nos preocupaba era la hora de la proyección. A las 19:30 puede hacer bastante frío para ver una película al aire libre. Llegamos al recinto y nos encontramos ante una atmósfera más propia de un festival de música que de un festival de cine. En el recinto había unas 10000 personas disfrutando de los productos de laboratorio musical típicos de la industria musical coreana (una industria definitivamente lamentable y vomitiva). El concierto duró una hora y ante nuestros ojos desfilaron seudoartistas que carecen de cualquier interés para los distinguidos lectores de este blog. Sólo voy a decir que al lado de esta gentuza, Justin Timberlake es Serrat. Entre actuación y actuación, se utilizaba la pantalla gigante para proyectar spots de televisión. Después de soportar los gritos histéricos de preadolescentes con las bragas húmedas, se terminó el concierto, se vació el recinto prácticamente, y comenzó la película, que era a lo que habíamos venido. Esta iniciativa hubiera sido resultado interesante si la gente se hubiera quedado a ver la película, pero me parece que resulta siendo contraproducente, ya que de hecho, este tipo de evento no acerca el cine a la gente. Este evento provoca que los que de verdad hacen que el festival sea posible, los espectadores cinéfilos, se cojan un cabreo considerable por perder tiempo ante unos mentecatos que no saben distingir un Do de un Sol.
Miike es un referente obligado para cualquier freaky y nunca decepciona. En este caso presentó Yatterman, una adaptación de una serie de animación de los años 70, dentro de la sección Open Cinema. Lejos de querer adaptar los códigos semióticos de la animación al lenguaje de la imagen real, Miike se propone exagerar esos códigos para crear una parodia deliciosa muy subida de tono. La primera consecuencia de esta apuesta es que el espectador puede tardar mucho en saber en qué terreno de juego se encuentra y meterse en la historia. Los espectadores más conservadores posiblemente jamás se lleguen a meter, lo que explica el gran número de personas que abandonó la proyección transcurridos 10 minutos. La trama, que es deliberadamente mala y cargada de convencionalismos, sirve como vehiculo conductor de unos sketches excelentes. Todo esto viene acompañado de un estilo visual apabullante que jamás apuesta por el realismo y que se inspira en míticas series como Bioman o Power Rangers. Como en casi todas sus obras, Miike vuelve a excederse con el metraje, aunque el frío que empezaba a calar en mis huesos quizás tenga mucho que ver con esta percepción.
En el segundo día pudimos ver tres filmes. La primera película fue Tears, un drama con tintes de thriller (¿o se tratará de un thriller dramático?) de nacionalidad taiwanesa que se presentaba en la sección A window on Asian Cinema. El director Wen-Tan Cheng comienza el largometraje con un arranque poderosísimo, cargado de una violencia consentida que sobrecoge al espectador. Por desgracia, el ritmo de la cinta decae después del intenso inicio, aunque deja cosas bastante interesantes que analizar. Sin ningún tipo de duda, lo mejor de la película es su protagonista, un policía corrupto que acepta su rol en el mundo con estoicismo y que lleva más de 10 años sin llorar. Visualmente, la película tiene un montaje y unos encuadres interesantes, aunque las transiciones entre escenas no están al nivel.
Un error a la hora de recoger las entradas propició que la segunda película del día fuera una que no tenía ningún interés en ver: la italiana Rumore Bianco. Esta película de género o formato inclasificable, más cercana al video arte que a cualquier otra disciplina audiovisual, formaba parte de la sección Wide Angle. Se trata de un poema visual dedicado a una región del norte de Italia. Esta película me hizo reflexionar sobre cómo el público cambia el chip en grandes eventos como este festival. Un producto cuya premisa es muy poco vendible incluso para televisión, contaba con una sala totalmente llena en la que incluso había niños (los cuales muy posiblemente se aburrieron mucho). Visualmente, la cinta está repleta de encuadres y movimientos de cámara interesantes que, desgraciadamente, una vez editados, no consiguen formar un discurso que comunique alguna idea.
La última película del día fue un anime. Para alguien que, como yo, no está nada acostumbrado a ver animación japonesa en pantalla grande, la experiencia resultó una gozada. La película en cuestión era Mai Mai Shinko to Sennen no Maho, de Sunao Katabuchi y estaba dentro de la sección Ani-Asia!: A leap of Asian Feature Animation. La película, aunque ha sido producida por Mad House, está más en la línea de Ghibli. De hecho, el mismo Katabuchi ha sido Ayudante de Dirección de Miyazaki. Este largometraje es un ejercicio delicioso de surrealismo infantil, situado en el Japón de la Posguerra. A pesar de estar situado en un contexto muy determinado, la historia que se cuenta es la de cualquier niño que vaga con su pandilla por las inmediaciones de su casa, ya sea en el campo o en el barrio, coloreando la gris realidad con su imaginación.
El tercer y último día del festival para nosotros (recordemos que el festival continúa hasta el 16 de Octubre) comenzó con la mejor película que he visto en pantalla grande en mucho tiempo. Se trata de Líbano, rutilante ganadora del León de Oro en Venecia. El largometraje israelí, encuadrado en la sección World Cinema, no intenta manifestar una opinión política y eso es un plus. Simplemente, el director Samuel Maoz se limita a utilizar un contexto de sobra conocido para relatar una historia sobre la guerra, el miedo, el aislamiento y la claustrofobia. La película narra las desventuras de unos militares israelíes en un tanque. Como en la genial y atemporal La ventana indiscreta, el exterior del tanque sólo es visto a través del visor del mismo, y en última instancia, a través de los personajes. El interior del tanque es sobrecogedor, gracias a la gran labor del director de fotografía y del diseñador de producción. En resumen, una genial historia sin buenos ni malos, sino personajes derrotados por las circunstancias que les rodean.
La segunda película fue la colombo estadounidense Entre nos, dirigida por Gloria La Morte y Paola Mendoza. Como Líbano, se encuentra dentro de la sección World Cinema. La cinta narra las vicisitudes de una familia colombiana sin recursos en Nueva York. El metraje está repleto de clichés y elementos comunes en el cine de temática social latina. No obstante, el último fotograma del largometraje le añade un valor añadido y salva a la película del suspenso. El último cartel de la película explica que el personaje protagonista es la madre de la directora Paola Mendoza y que la película ha sido una especie de terapia para entenderse a sí misma. De este modo, recibo la respuesta a la pregunta que me he venido haciendo durante todo el metraje: “¿Por qué es interesante esta historia que se ha contado ya varias veces y de mejores maneras?” Simple y llanamente, esta película es interesante porque es una autobiografía brutalmente honesta. No quiero terminar el comentario sin destacar el gran trabajo de los niños actores y de las directoras para conseguir un resultado excelente en la interpretación.
La última película del festival era, junto con la de Miike, la que más ganas tenía de ver, y seguramente por eso, fue la más grande decepción. La japonesa-coreana Higanjima, de Tae Kyun Kim, se estrenaba mundialmente dentro de la sección Midnight Passion. Se trata de una adaptación en imagen real del manga homónimo de Koji Matsumoto. La premisa es interesante: una isla de Japón está infestada de Vampiros y un pequeño grupo de resistencia armado con catanas les planta cara. Después de un arranque espectacular, con una violencia exquisita, la película cae en los mismos tópicos que Yatterman, con una salvedad. Mientras en la obra de Miike se utilizaban estas convenciones para parodiarlas, en la obra de Kim se cae en ellos de manera involuntaria, y lo que deberían ser secuencias cargadas de dramatismo, se convierten en carcajadas de la audiencia. La penoso es que a la tercera frase estúpida la cosa deja de tener gracia, y te pasas el resto de metraje maldiciendo al director por desperdiciar una premisa tan suculenta para hacer una gran película. Y no hablemos de los numerosos errores de guión, que me está saliendo la bilis por la boca…
Con este gusto amargo terminó el festival para Paraíso del Freaky, aún así, basta recordar películas tan interesantes como Yatterman, Mai Mai Shinko to Sennen no Maho o Líbano para recuperar la sonrisa.
jueves, 8 de octubre de 2009
Un cuento de Cine - Previa Festival Internacional de Cine de Pusan, Corea del Sur
Dicho esto, lamento mucho que Hong Sang-soo no sacara pleno rendimiento de su guión usando dos estilos de rodaje. Rodar el corto del arranque de la película en otro estilo hubiera sido una manera sutil y agradable de separar la obra dentro de la obra ("the play within the play", que diría Pavía) de la obra en si. Creo que hubiera ayudado a transmitir el tema de la película: la vida inspira al cine y, al mismo tiempo, el cine inspira a la vida.
Después de analizar el discurso, pasemos a analizar la historia. Lo primero que puedo decir es que no me creo los personajes, ni siquiera durante un frame. No entiendo sus motivaciones o la forma en que se comportan el uno con el otro. Quizá esto se deba a un choque cultural, pero por otro lado, he visto varias películas japonesas o chinas, y me creía sus personajes la mayoría de las veces. Empezando con el cortometraje del arranque: ¿por qué dos jóvenes sanos y con una buena situación económica quieren suicidarse?
Especialmente extraña es la relación entre los protagonistas Young-Shil y Dong-soo. Cuando se encuentran por primera vez ella no quiere darle su dirección, pero más tarde esa noche, ella le dice que lo ama mientras están teniendo relaciones sexuales y, después de su cópula, ella quiere alejarse de él.
La historia en sí es un deus ex machina, y en mi opinión, Hong Sang-soo, debería haber trabajado más las motivaciones de sus personajes para decirle al público cómo alguien a punto de morir quiere vivir y cómo alguien sano está constantemente fantaseaando con el suicidio. Podríamos decir que esta película tiene el típico argumento de película de arte y ensayo: no pasa nada. Esto, y el estilo de rodaje, hace que algunos de nosotros deseemos que termine la película transcurridos cinco minutos de metraje.
jueves, 1 de octubre de 2009
Take off
Incluso si no se ha producido en los Estados Unidos, esta película es la típica película de deportes de Hollywood. De hecho, la abundancia de clichés del genero deportivo hace esta película más hollywoodiense que filmes americanos como Titanes, hicieron historia, de Boaz y, por supuesto, hace que sea peor película que la mayoría de las películas deportivas de Hollywood. Todos los personajes de la película, sin excepción, son planos estereotipos que han aparecido en el género deportivo desde el nacimiento de un género que tenía una de sus primeras obras maestras en El colegial, de James W. Horne's (1927), protagonizada por Buster Keaton.
Choi Heung-Cheol es el típico protagonista que viene de fuera de la comunidad y que tendrá que demostrar sus habilidades para ganarse el respeto de sus compañeros de equipo. También tenemos el deportista que tendrá que luchar contra la voluntad de un padre que no entiende el talento de su hijo. Kim Dong-Wook desempeña el papel del irreverente atleta que constantemente se enfrenta a la disciplina del equipo y tratará de conseguir que la hija del entrenador (cómo no, de muy buen ver) se meta en la cama con él. Y, por supuesto, existe el no tan talentoso pero muy currante deportista que se sacrifica por el bien del equipo de una manera no tan inteligente. Curiosamente, aquí este actante está dividido en los personajes de los dos hermanos.
El entrenador es el personaje menos hollywoodiense. Su papel como instructor cómico y excéntrico pero sabio es más propio de la narrativa oriental, como podemos ver en el personaje Muten Roshi del manga Dragon Ball.
Pero no sólo los personajes son una exageración del nuevo estilo de Hollywood. La película está llena de secuencias a cámara lenta manidas con una banda sonora carente de originalidad. Las imágenes generadas por ordenador son de alta calidad, pero son excesivas, especialmente cuando se supone que se está transmitido por televisión. Esto hace que la película sea menos creíble, porque incluso ahora en 2009, la realización del salto de esquí no es así. Lamentablemente, el director ignora por completo un tradición de realización del salto de esquí que ha hecho este deporte uno de los más bellos que se pueden ver por televisión.
Hay un error de diseño de producción en la película. En algún momento un Daewoo Tacuma aparece en pantalla. La película tiene lugar en 1997, 1998 y 2002 en la última secuencia. Sin embargo, este coche no salió al mercado hasta el año 2000. Hasta ahora sólo hemos hecho una lista de los aspectos negativos de la película, pero no es tan mala como parece. Está los suficientemente bien hecha para que un extranjero con poco conocimiento del Coreano la pueda entender sin subtítulos, y eso no es todo: no es aburrida, aunque dure 137 minutos. A pesar de esto, la película es inverosímil, a pesar de estar basada en una historia real.
jueves, 24 de septiembre de 2009
Exhausted
jueves, 17 de septiembre de 2009
Sita sings the blues
jueves, 10 de septiembre de 2009
Sicko
jueves, 3 de septiembre de 2009
Sexdrive
jueves, 27 de agosto de 2009
Resacón en Las Vegas
No me explico el enorme éxito que ha tenido esta película. Con ello no quiero decir que sea mala, ni mucho menos. Si la tuviera que valorar numéricamente, le pondría un 7 sobre 10. Sin embargo, el éxito en taquilla y la buena crítica ha hecho que la terminar la película, la sensación predominante fuera la de decepción. Quizás su éxito se deba a que es una de las pocas comedias alocadas, sin complejos, cuyos protagonistas superan la treintena. En este sentido es parecida a la genial Entre copas, aunque el filme protagonizado por Paul Giamatti es, en mi opinión, bastante superior al film de Todd Phillip.
Quizás la razón por la que no termina de enganchar esta comedia es porque relata una situación demasiada extrema con la que no es fácil identificarse, por lo menos en España. Pocos han ido de despedida de solteros a Las Vegas con los bolsillos bien llenos de dinero y se han cogido una cogorza tan grande que no recuerdan nada de lo ocurrido. A mí, particularmente, me suena a marciano. En otros momentos, la película parece un videoclip del rapero comercial de turno, con una banda sonora que, aunque hace justicia a la realidad, es de muy mal gusto (nos guste o no, esta es la música que suena en las discotecas y esta es la tendencia del rap actual).
En definitiva, es un filme entretenido que proporciona bastantes carcajadas (aunque creo que no tantas como los guionistas creen) pero que ni mucho menos es ni una obra maestra ni un filme revolucionario. No obstante, tal y como está la cartelera, creo que es la película que más se merece los euros de nuestra entrada.